En ocasiones, un gran placer o un dolor, obnubila alguna de nuestras facultades, y entonces el alma se concentra en sí misma y no obedece a ninguna otra potencia, lo que contradice el pensamiento de aquellos que sostienen que tenemos dos almas, una al lado de la otra. Es por eso que cuando se ve o se escucha algo que es muy importante para el alma, el hombre ni siquiera es consciente del tiempo que transcurre, pues una cosa es la que esta atendiendo con sus sentidos y otra la que atañe a la integridad del alma, permaneciendo ésta en completa libertad, mientras que la conciencia se encuentra atada.
Dante, Divida Comedia
Detalles Catedral de Vitoria.
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