Hoy hacemos una doble entrada en el blog.
En primer lugar, con la recomendación para aquellos interesados en la historia de Cantabria, del primer libro del Torrelavegense Yeyo Balbás, Pax Romana.
Un viaje al año 25 a.C., cuando Octavio, tras ser nombrado primer ciudadano de Roma y Augusto, toma la decisión de enviar a Hispania a la IX Legión. Su objetivo, acabar definitivamente con la resistencia de tribus astures y cántabras. Se enfrentarán en esta guerra a un líder cántabro insurgente, Corocuta, que se convertirá en el principal enemigo de Roma.
Un excelente trabajo de investigación, que nos acerca el pasado de la provincia, a modo de novela.
Muchos de esos asentamientos militares de las Guerras Cántabras, han perdurado a lo largo del tiempo. Visitamos en esta entrada posiblemente el más importante de la región, la Espina del Gallego.
Para llegar a su ubicación, vamos a tomar una ruta que arranca desde el pueblo Castillo Pedroso, en el Valle de Toranzo.
Seguiremos la carretera que nos lleva hasta el conocido Alto del Portillón. Será fácil localizar el inicio de ruta, por un monumento en recuerdo a los caídos en la guerra civil, en forma de cruz. (ver ruta desde el pueblo en mapa anterior).
Aquí podremos dejar el vehículo junto al inicio de pista, y comenzar nuestra ruta a pie. Se ubica también el panel informativo de la senda. [Track ruta]
Pulsar imagen para ver detalle |
A lo largo del camino, tendremos ya el privilegio de disfrutar del paisaje de los valles de Iguña y Toranzo.
Siguiendo la pista principal, llegamos hasta un deposito de aguas.
Es en este punto, donde arrancamos realmente la parte interesante de la ruta, a partir de un cartel clavado en un madero y escrito a mano, donde se nos informa que estamos a punto de entrar en la calzada romana.
El ascenso un kilómetro más adelante, nos lleva ya hasta el yacimiento de la Espina del Gallego (a 960 metros).
La Espina del Gallego, fue un castro indígena reocupado por una guarnición militar romana. Como reza el cartel informativo, "estaba fortificado con tres líneas de muralla de las que se conservan los derrumbes. Los campamentos romanos que lo rodean indican que los cántabros ofrecieron aquí una fuerte resistencia a la penetración romana".
Podemos volver por nuestros pasos, o continuar alrededor de dos kilómetros hasta la ascensión al monte Cildá. Donde localizamos más estructuras defensivas de campamentos romanos.
La importancia de este yacimiento, reside en que antes de su descubrimiento en 1996, la información referente a las guerras cántabras eran simples leyendas. Siendo este, la primera localización arqueológica en relación a esta parte de la historia.
[+ Info sobre el yacimiento]
La importancia de este yacimiento, reside en que antes de su descubrimiento en 1996, la información referente a las guerras cántabras eran simples leyendas. Siendo este, la primera localización arqueológica en relación a esta parte de la historia.
[+ Info sobre el yacimiento]
Si quieres ver el resto de imágenes de la ruta, puedes lanzar la presentación anterior, o acceder a la galería completa pulsando en este enlace.
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