En nuestro breve recorrido por tierras burgalesas, llegamos hasta el pueblo de Poza de la Sal, que casualidad, encontramos celebrando las fiestas patronales de San Cosme y San Damián.
Aprovecho la visita antes de llegar al pueblo, para acercarme a ver la estatua que la gente de Prometeo y Cuarto Milenio, han dejado en homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente frente al mirador de la Bureba. Recordar que el Dr. Félix Rodríguez es hijo ilustre de esta villa.
Poza de la Sal es uno de mis rincones favoritos del norte de Burgos. Fortificado por el castillo de los Rojas y con vistas a la Bureba, desde época de los romanos ha sido punto clave en la extracción y explotación de sus manantiales salinos.
Presenta un casco antiguo de tipo medieval, amurallado y con tres accesos. En su interior, encontramos estrechas y empinadas calles, flanqueadas por viviendas que mezclan el uso de mampostería y entramados en madera y yeso, con la piedra.
En su corazón, la iglesia de San Cosme y San Damián, junto a la Plaza Vieja y el Ayuntamiento.A escasa distancia, la Plaza Nueva, con algunos bares y unas vistas increíbles al Páramo de Masa.
Si ascendemos a la zona más elevada del pueblo, se levanta el Palacio de los Marqueses de Poza.
Y ya en la parte baja del pueblo, saliendo ya del casco antiguo, podemos acercarnos a las eras de sal y el complejo Fuente Buena, formado por varios abrevaderos y centro de curtido de pieles
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