El Castillo de Burgos

El Castillo de Burgos se ubica en el cerro de San Miguel. Construido en el 884 por el conde Diego Porcelos, durante el periodo de reconquista y reinado de Alfonso III.

Desde su localización, se puede controlar toda la llanura del río Arlanzón. Por lo que ha sido un importante punto estratégico a lo largo de la historia.



Destaca en su interior, un pozo de más de 60 metros y 300 peldaños de descenso, que aseguraba la disposición de agua, durante largos periodos de asedio.

En la actualidad, podemos visitar sus galerías subterráneas conocidas como Cueva del Moro. Un pasillo tallado en roca, que une el pozo con una cueva situada en la muralla exterior.

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La seguridad del castillo tenía como punto débil, el potencial acceso por mineros enemigos, hasta el agua del pozo y posterior envenenamiento. Para su protección, se crea esta cavidad que permite realizar una contramina, impidiendo así el acceso a las tropas enemigas mediante varias trampas intermedias, que corten el paso hacia al pozo.

A través de la historia, el castillo ha presentado distintas funcionalidades. Siendo residencia Real, cárcel, alcázar e incluso escuela de artilleros.

Debido al constante pasado bélico del castillo, ha sido reconstruido en varias ocasiones. La última, a finales del XV cuando el ejército napoleónico lo vuela con pólvora casi en su totalidad al verse ya vencidos y con el fin de acabar con cualquier material bélico.

Hoy es un museo, al que podemos acceder mediante pago de una entrada, ya sea a su exterior como a las galerías subterráneas.

Tarifas generales 

Recinto y galerías: 3,70 €

Recinto: 2,60 €