En plena Feria del Pulpo y el Marisco aterrizamos en Candás. Una villa asturiana de tradición pesquera, que cuenta con el que fuera uno de los puertos más importantes del Cantábrico en el pasado.
Su economía basada en la pesca y las conservas, ha evolucionado al sector turístico y la restauración. Muestra de ello, es la infinita variedad de restaurantes que ofrece el lugar.
En su calle principal nos topamos con un mercadillo, que puesto a puesto, nos lleva hasta la zona del puerto. A nuestro paso, llama la atención el elevado número de trabajos artísticos que se reparten en cada uno de sus rincones.
Por citar alguno, al final de la calle donde se unen el puerto con el paseo marítimo, encontramos las esculturas del “Eslabón” (obra del escultor Maxim Dumitras) y “Marinera” (de Antonio Rodríguez García). Esta última es una de las más significativas para los habitantes de la villa, representando a las mujeres que veían partir en barco, a sus maridos e hijos.
Continuamos el paseo en paralelo a la playa. Resalta sobre la arena un pequeño islote de piedra, la Peña Furada. Esta roca es una de las imágenes más representativas de Candás y no podemos irnos de la villa sin una foto.
Después de dar un paseo por el puerto, subimos hasta el Ayuntamiento de Carreño. Un bello edificio de fachada ocre y columnas doradas. Pasando previamente por el antiguo Ayuntamiento, la policía y la oficina de turismo.
En lo más alto del pueblo se encuentra el Paseo Marítimo de San Antonio. Una amplia zona verde donde se reparten distintas esculturas junto a zonas de descanso, y cuya senda nos lleva hasta el faro de mismo nombre.
Como veis, mucho que ver y andar por Candás. Os dejo algunas imágenes y para verlo en directo, el enlace de su webcam.
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