Seguimos por tierras burgalesas. Dejamos atrás las cristalinas aguas de Tobalina, y continuamos en ruta hasta San Pantaleón de Losa.
Un paisaje moldeado por el río Jerea, que da como resultado la Peña Colorada. Una peña caliza que nos recuerda a la proa de un barco, y el lugar elegido para asentar la ermita de San Pantaleón.
Como curiosidad, durante la época de las cruzadas, se anotaba que uno de los posibles emplazamientos del Santo Grial podría ser San Pantaleón de Losa.
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